sábado, 27 de julio de 2024

UN VIAJE, DOS PAÍSES, DÍA 19: EL BARSA, LA SOBRINA, EL AMIGO


Estamos en cuenta regresiva, así que hay que pensar las actividades, y las personas que quiero ver como en un tetris. Hoy toca un deseo de JP: conocer el Camp Nou, y dos encuentros con personas de mi vida familiar y afectiva. Así que partimos por la mañana a conocer el estadio del Barsa. Está en plena etapa de reformas, así que solo pudimos recorrer la parte exterior, meternos en las tiendas y poco más: el resto es todo previo pago de dinero que no pensamos gastar. Lo que nos impresionó a ambos es que no hay ni una imagen de Messi. JP le pregunta a un vendedor, más argentino que el dulce de leche, y nos explica con muy buena onda que se trata de una cuestión de derechos, y que desde la venta de Leo al PSG, ya no se podrían exhibir sus imágenes. Nos cuenta de todos modos que hay una camiseta firmada por él que se vende a unos tres mil euros, y que las "vintage" que más salen son las suyas. La verdad es que nos molestó: no solo no está Messi en imágenes de las que circulan por toda la tienda, sino que tampoco Maradona ni Menotti. Allá ellos. 

Después del Camp Nou nos fuimos a Estación Sants, donde me encontré con Renata, mi sobrina segunda, hija de mi prima Adriana Cesaroni. Renata está en Barcelona desde hace dos años, con su marido Hernán, su hijo Gael y su hija Luana. Almorzamos, charlamos a lo Cesaroni, y de allí, de la misma estación, nos tomamos con JP un tren a Vilassar de Mar, para visitar a mi amigo Ruly, que a esta altura de la vida casi yo sola llamo así, y el resto de las personas, Ernesto. Ruly es mi amigo desde que tenemos once o doce años, de cuando nos juntábamos en la Plaza del Maestro de Barrio Parque, en Bernal, donde vivíamos. Después fuimos compañeros en el Normal, y es un protagonista fundamental de mi adolescencia. Hace años que no nos vemos, pero cuando al fin lo veo llegar, en el bar de playa donde lo esperamos, el abrazo que nos damos nace desde allí, desde las miles de horas compartidas en su casa, en las mías, en los recreos, en algún recital, en la Biblioteca, en charlas y risas y discusiones que este día, en que nos invita a cenar a su casa, junto con Gaby, su compañera, se repiten como si el tiempo efectivamente no pasara. Ruly prepara una entraña deliciosa, la primera carne de vaca que comemos en casi veinte días, y sí que la extrañábamos! Mientras está cocinando, le tomo una foto y se la mando a Alberto, otro amigo entrañable de la adolescencia, que me manda un mensaje conmovido por vernos juntos. A mí me emociona de un modo que quizá me cuesta transmitir ese encuentro: no sé si volveré a ver a Ruly, o cuándo. No coincidimos en cuestiones políticas ni en miradas sobre la Argentina. Pero esa media sonrisa, ese tono burlón, ese abrazo y esa carcajada cuando le digo "Pero nene, yo ya no soy comunista!", conectan con una Claudia y un Ruly que yo creo somos tanto aquella y aquel de doce, como estos de sesenta y pico. En esencia, las mismas buenas personas. Así que, sencillamente, soy feliz. 






El Camp Nou, a punto de transformarse en Spotify Camp


Mi sobrina segunda Renata, tenemos un aire, no?



Llegando a Vilassar de Mar!






Vilassar...












Ruly preparando entraña 


Amigo del alma

 

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