domingo, 21 de julio de 2024

UN VIAJE, DOS PAÍSES, DÍA 16: TORNA A NÁPOLI

Teníamos la vuelta a Barcelona desde Nápoli, el domingo a la noche tarde, así que dejamos nuestra casita en Pompei, nos despedimos con un abrazo de la nonna, y nos fuimos a tomar un tren a Nápoli. Peeero, resulta que había un paro de los trenes nacionales, o sea que no, no había tren a Nápoli. Tampoco había buses, o nos dijeron que no los había. Me entró un poquito de desesperación... ¿cómo llegamos a Nápoli? Menos mal que el avión era a las 22, teníamos tiempo. Chapuceando italiano, en la estación del tren conseguimos entender que en la otra estación, la más cercana al sitio arqueológico, el tren sí funcionaba, porque era local, no nacional, así que hacia allí fuimos. De paso, recorrimos un poco la ciudad, que es muy bonita. Llegamos, y sí: había tren! Repleto, lento, pero con destino a Nápoli. Llegamos finalmente, dejamos las mochilas en un lugar en la estación, y salimos a recorrer de nuevo la ciudad más livianos. Y apenas pisamos la calle, nos encontramos con una movilización en solidaridad con Palestina, así que nos sumamos, recorrimos unas cuadras cantando a favor del pueblo Palestino, y cuando terminamos comimos paseamos un rato por la ciudad. 

Al mediodía comimos unas pizzas deliciosas, nos sobró la mitad a cada uno, así que pedimos que nos la envuelvan, nos dieron una caja hermosa, y JP la portó durante toda la tarde. Fue nuestra cena en el aeropuerto, al que fuimos bastante más temprano que lo necesario, porque estábamos cansados y con calor. JP se quedó con las ganas de recorrer Nápoli subterránea, porque a mi me dio claustrofobia. Tampoco fuimos al estadio Maradona, porque era muy lejos. Tendrá que volver por los pendientes!

Al aeropuerto llegamos con un taxi que nos levantó a varios que estábamos esperando el Aerobus, por 5 euros cada une. El Aerobus costaba siete. 

Temimos no poder pasar por estar excedidos de peso. Nadie nos pesó nada, más bien casi que  ni nos controlaron los pasaportes. Tomamos el avión, y adiós Italia de mi corazón, hasta la próxima, que esperamos sea más al sur aun. 

Una iglesia napolitana

Flor de pizzas aquí




Solidaridad con Palestina


Siempre Diego








Dicen que da suerte






Dios mío qué delicia










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