¿Cómo fue posible pasar estos casi cuatro años?
¿Cómo pudimos?
Este es mi cómo pude, que fue con otros y otras, claro.
Despedirte con decenas de miles en la
Plaza de Mayo, irme cantando vamos a volver, abrazada por los
bocinazos de un laburante desde un camión de limpieza.
Escuchar a Liliana Herrero en el Centro
Cultural Kirchner, hacer una última recorrida por allí, escribir en
un libro de visitas del CCK que amábamos a Cristina y a Néstor.
Ir con Nati a abrazar el Archivo
Nacional de la Memoria.
Ir a Tecnópolis, abrazar compañeras,
cantar vamos a volver.
Ver a Axel en Parque Centenario.
Ver a Zaffa en Plaza Irlanda.
Despedir el año en La Florida.
Defender a Milagro, desde el primer
día, ir a verla con Nati, sin saber que era lo último que Nati
hacía con alegría y compromiso.
Comenzar a recibir denuncias de casos
de violencia estatal desembozada: pedidos de documentos, detenciones
arbitrarias, hostigamientos por circular con una remera con la cara
del Che o de Cristina o de Néstor.
Construir el Registro de Casos de
Violencia Estatal.
Ir a Mar del Plata esperando volver con
Carlitos. Volvernos solas. Abrazarnos en ese dolor inesperado y
brutal.
La Leona. Gabo.
Las leonas.
Volver a Nicaragua.
Las charlas en el Suzukito. Las risas.
Volver a las pistas como promesa.
Un arco iris.
Unos besos desatinados.
Los proyectos, aún los inconclusos.
Una tarde, dos tardes con Bayer.
Tamara.
Chapa.
Despedirte, Nati de mi corazón.
Seguir con La Cocina...
La Difunta, una vez, y otra vez y otra
vez.
Las reuniones de primos, primas, tíos, tías. Los asados de la mesa chica.
La música. Potemkin, Balbis.
Recitales, sola "¿Por qué no?".
Y con vos y con vos y con vos.
La chacarera, el cumpleaños de la
Abuela Carabajal.
Los pibes, sus abrazos.
Las pibas, sus abrazos.
El nene, allá y acá.
Armar la Red Argentina No Baja. Dar
pelea, ganar, por esa vez.
Volver a la Roma del viejo. Conocer la Sicilia de la abuela Carmen.
Retornar a la Barcelona que amo, encontrarme una y otra vez con ustedes.
Angela Davis, un prólogo.
El acto en Racing.
Las marchas: por la educación, contra
la reforma previsional, por Santiago. Caminamos, cantamos, nos
reprimen. Recorrer comisarías. Buscar a este y a aquella. Ser
abogada de cualquiera, de todos y cada una. Una tarde frío y lluvia
en Comodoro Py.
La música. Tengo mi sonrisa. Catarata
de amor.
Garchar con vos, con vos y con vos.
Sobre todo, con vos. Tus besos.
Lugares que son El lugar.
Los 120...
Los brigadistas. Las brigadistas. Los
abrazos recuperados.
Buscar a Leo. Encontrarlo en carnaval.
Los encuentros en Rufino, en Rosario,
en Mar de Ajó.
Los cumpleaños festejados.
Los 55 en La Habana.
Las pizzas, los asados al sol, los
amigos y amigas de facebook y de tuiter.
Andar en moto.
El Indio en Olavarría.
Los libros regalados y recibidos.
Los libros prestados.
Enseñar.
Aprender.
Viajar, viajar y viajar. Por gusto,
para dar clases, para presentar libros, para participar en Congresos,
para agradecer. En avión, micro, auto, tren.
El Suzukito.
El amigo y el Suzukito.
Soñar.
Mi hijo.
Las chicas.
Los bebitos, las bebitas que vinieron y vienen.
River. Dos veces en seis meses. El
9/12/18 sin saber el resultado hasta que lo supe mirando Telesur.
Vivirlo en La Habana, gritar como loca, reír y reír con #Nieto.
Voces amadas, escucharte, escucharlas.
Los #TalleresEnCasa
Los #BudinesDeMandarina.
La Habana con las amigas y los hijos.
Un juicio ganado, el primero con mi
amiga bogabostera.
Militar el aborto legal, seguro y
gratuito. Perder esta vez.
Abogar, elegir casos, compartirlos como
militancia.
Avanzar en una causa, esa que sacamos
del olvido, ya nunca más motín. Pelear contra la demolición de
Devoto.
Hacer radio en la cárcel. La Tribu
como una de mis casas.
Presentar Los 120 en La Habana.
Escribir, escribir y escribir. En
Almagro, en Trevelin, en Rosario, en Mar de Ajó.
Volver a oponernos a la baja. Ganar
otra vez.
Publicar Brigadistas.
Con vos y Sinceramente en La Rural.
Una mañana, escuchar tu mensaje en la
radio: Fernández-Fernández.
#EsConTodos como continuidad de
#Hay2019. Amigarse.
Presentar Brigadistas. La primera vez, a los 40 años de
la Revolución Sandinista. El jefe. Tus palabras. Reír como
condición. Cantar con el hijo y con el compañero.
Recordar.
Cantar, siempre cantar.
Bailar, como sea.
Pelear, marchar, resistir, contar,
llorar de emoción y de tristeza y de alegría.
Todavía no ganamos nada.
Contamos los días.
(Faltan) 8 de setiembre.
(Faltan) 27 de octubre.
Treinta y cinco días para la victoria
que soñamos.
Y después esperar hasta el 10 de
diciembre. Hasta que la pesadilla termine.
Nos emborracharemos, bailaremos, nos
abrazaremos con uno y con otra, de a muches.
Quizá sea más hermoso soñarlo que
vivirlo.
Claudia Cesaroni, 22 de setiembre de
2019.