Y que quede claro: no han sido todas
mieles para mí estos 12 años. Me "desafectaron" de un
trabajo público -la Procuración Penitenciaria-; me ralearon de otro
-la Secretaría de Derechos Humanos-.
Me han prohibido viajar a una
provincia -Mendoza-, por hacer informes críticos al que sería
vicepresidente de CFK. No la voté en 2007, a CFK, por llevar a ese
sujeto de vice.
Me he enfermado -una contractura
paralizante- durante meses, cuando me quitaron trabajo en la SDH.
Me difamaron, diciendo, por ejemplo,
que bancaba en la clandestinidad a un joven fugado de la cárcel.
Batallé por causas perdidas, que
podrían haberse resuelto con un poquito de coraje.
Ganaba mucha más guita, en términos
comparativos, en 2003, que ahora. Pagaría ganancias, y una suma
bastante alta!
Pero hace mucho tiempo que entendí
que no hay proyecto colectivo que no esté atravesado por
injusticias, errores y agachadas. Y que, en la cuenta final, lo que
yo valoro no es cómo me fue personalmente sino como nos fue a
todos/as, colectivamente.