viernes, 30 de octubre de 2015

POR QUÉ LLORAMOS (POR UN RATITO)

Yo soy muy de llorar, quienes me conocen en la vida real lo saben bien. Lloraba casi cada mañana en la escuela, y mi amiga me acompañaba pacientemente a la celaduría, para que mi celador (horrible modo de llamar a la gente que nos cuidaba, retaba, apostaba sanguches de jamón y queso a favor de Quilmes o Boca conmigo, o hacía la vista gorda si volvíamos del recreo con olor a cigarrillo) de 2do, Marcelo Pardo, me hiciera un té y se me fueran todos los males.

También muchos años después, lloraba casi cada tarde al salir de la Procuración Penitenciaria, los primeros meses, cuando me hacían sentir sapo de otro pozo parte del personal radical allí imperante, a mí, que llegaba de la mano del Frepaso.


He llorado también en otros trabajos: en la Secretaría de Derechos Humanos, cuando comenzaron a no dejarme trabajar sobre temas de tortura y cárceles en el presente. O en Panamá, extrañando volver a la Argentina, cuando trabajaba en la Asociación para la Prevención de la Tortura.

Pero nunca, nunca, lloré sintiéndome tan hermanada en otros llantos como hoy, en la reunión de capacitación de cada viernes en la Escuela Secundaria de Educación Técnica de la Universidad Nacional de Quilmes, donde trabajo desde marzo de este año. He venido publicando cosas aquí: fotos, relatos, proyectos realizados y a realizar que reflejan mi felicidad y orgullo por ser parte del plantel docente que lleva adelante la escuela.

Y hoy lloré, y compartí el llanto con mis compañeros/as, porque vemos peligrar todo lo hecho y lo que soñamos hacer. La Escuela es un proyecto conjunto del Ministerio de Educación de la Nación, la Universidad Nacional de Quilmes y el Municipio de Quilmes. Trabajamos con cada chico/a y sus familias, articulando con áreas del Municipio, como Desarrollo Social, o el Hospital público.

La decisiones que tomamos tienen consecuencias en la vida real de las personas, y de los proyectos. La plata se destina para una cosa, o para otra.
El terreno donde se está construyendo la escuela, en épocas de Villordo, iba a destinarse a una cárcel. Vidal ya declaró que "tienen que construirse las alcaidías pendientes", así que quizá reflota el proyecto. La plata que llega de Nación, si gana Macri, al que le parece una pavada crear nuevas universidades, será destinada a otra cosa. Martiniano Molina, nuevo intendente de Quilmes, ya dijo que reducirá el plantel de trabajadores, muchos de los cuales son quienes trabajan con nosotros/as.

Por eso lloramos.
Pero un rato, nomás.
Después, empezamos a pensar qué cosas hacer, cómo trabajar para defender nuestra escuela, que no es solo defender nuestro trabajo, sino, y sobre todo, defender una patria mejor y más luminosa para nuestros/as bellos/as chicos/as.

Por favor, ayudennos a que la Escuela siga, y que siga dando la mejor educación y posibilidades a los pibes de Ezpeleta.

Pueden hacerlo de muchos modos. El más urgente es no votando a Macri. No lo voten, por favor. Tampoco voten en blanco. Voten a Scioli, que nos garantiza que este proyecto seguirá adelante.

Gracias.



No hay comentarios:

Publicar un comentario