miércoles, 21 de junio de 2017

GRACIAS!!!

Compañerxs de mis ex trabajos (Qué Pasa, Librería Hernández, SDH, Programa Antiimpunidad) y del actual (ESETUNQ).
Familia.
Amores de mi vida.
Amigxs y compañerxs del mundo real y de aquí, que no es lo mismo pero es igual.
Amigxs de mi hijo.

La rectora del colegio secundario de mi hijo.
Compañerxs de la militancia (brigadistas del café, Fede, derechos humanos, no a la baja, familiares de detenidos, presxs, pabellón séptimo, recave)
Compañerxs de la Maestría en Criminología.
Docentes y estudiantes.
De mi Quilmes, y de más al sur y de más al norte y del medio y de acá.
Organizaciones feministas, fomentistas, barriales, de derechos humanos.
Mi directora de tesis.
Curas del pueblo.
Periodistas.
Militantes políticxs y sindicales.

Legisladorxs.
Maestros y maestras que admiro.
La Radio donde digo lo que pienso.

El editor compañero que publica y acompaña mis libros.
Organizaciones y personas luchadoras de Uruguay, Chile, Brasil, Colombia, España.
Madres, hijxs, familiares, sobrevivientes, ex presxs.
Creadorxs de 
#Leonas
Abogadxs militantes y de lxs que aprendo cada día
Artistas que me acompañan con su música.

Laburantes en actividad y jubilaxs.

Nuestra Milagro Sala, presa política del gobierno de Cambiemos. 
Y un montón de personas que decidieron acompañarme en el intento de integrar el Comité Nacional de Prevención de la Tortura para hacer desde allí lo que trato de hacer desde hace más de 30 años, y que Nils Christie define de un modo que, cuando lo leí, dije, bueno de esto se trata:
"Durante algunos años, el moralismo dentro de nuestro campo ha sido una actitud, o incluso, un término que se asocia con los defensores de la ley y el orden y de las severas sanciones penales, mientras que a sus oponentes se les ve como flotando en una especie de vacío carente de valores. Dejemos por lo tanto completamente claro que yo también soy un moralista. Peor aún: soy un imperialista moral. Una de mis premisas básicas será que se debe luchar para que se reduzca en el mundo el dolor infligido por el hombre. Puedo ver muy bien las objeciones a esta posición: me dirán que el dolor hace crecer a la gente; que la hace más madura, la hace nacer de nuevo, tener un discernimiento más profundo, experimentar más gozo si se desvanece el dolor, y según algunos sistemas de creencias, acercarse más a Dios o al cielo. Algunos de nosotros quizá hayamos experimentado algunos de estos beneficios. Pero también hemos experimentado lo contrario: el dolor que detiene el crecimiento, el dolor que atrasa, el dolor que hace perversas a las personas. De cualquier manera, no puedo imaginarme en situación en que yo me esforzara por hacer que aumentara en el mundo el dolor infligido por el hombre. Tampoco puedo ver ninguna buena razón para creer que el nivel reciente de imposición de dolor sea correcto y natural. Además, puesto que el asunto es importante y me veo obligado a elegir, no veo otra posición defendible que la de luchar para que disminuya el dolor". Nils Christie, Los límites del dolor, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001, pág. 13
Gracias a mis compañeras hermosas del CEPOC, gracias a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre  y a la Asociación de Familiares de Detenidos por bancar. Me elijan o no diputadxs y senadorxs, esté en el Comité o no, las luchas siguen en todos los espacios donde estamos y estaremos. 
Y si me permiten, voy a ilustrar con estas fotos de aquellas primeras luchas (setiembre 1985) y de algunas donde están algunxs de ustedes, porque al final de todo, todo lo que hacemos lo hacemos por amor y eso es lo que veo en cada imagen.
Gracias!!!
(y quienes quieran y puedan, nos vemos el jueves 29 a las 11 en el Salón Illía del Senado de la Nación, en la Audiencia pública)


















No hay comentarios:

Publicar un comentario