jueves, 4 de julio de 2024

UN VIAJE, DOS PAÍSES, DÍA 8: ROMA, RECORRIDO CESARONI, TERCERA PARADA

Después de visitar la exacta esquina donde se conocieron Umberto y Ada en el otoño de 1909, seguimos camino, munidos de nuestro mapa, la paciencia de los y las romanas, y el más precioso vagabudeo. Así, pasamos por el Coliseo, la Fontana de Trevi, el Altar de la Patria, el Foro Romano. Al mediodía comimos una ensalada que compramos en un super con unos duraznos, cerquita del Consulado de Argentina, al que llegamos de casualidad. 

En la Fontana de Trevi pedimos deseos y nos espantó la mugre creada por la horda de turistas. Nos dio ganas de ponernos a levantar botellas de plástico, pero no daba. Tampoco había muchos cestos para tirarlas, pero igual, la actitud de lxs visitantes nos pareció imperdonable. Al salir, pasamos por un lugar que anunciaba una exposición gratuita (las únicas a las que entramos): se trataba de un sitio perteneciente a los Carabinieri, y la exposición era sobre Giovanni Gentile, un intelectual del fascismo, ministro de educación de Mussolini. Nos hizo de guía una amable policía. La exposición era un poco elogiosa al sujeto, y muy interesante, lo que no nos pareció una contradicción. Parece que hasta Gramsci lo valoraba en sus condiciones intelectuales. 

Después nos comimos un helado delicioso, ahí nomás. 

En el Altar de la Patria nos quedamos largo rato mirando a Roma desde lo alto, descansando a la sombra, y tomando una birra yo y un café con un cornetto JP,  y después descubrimos un Museo del Soldado Ignoto. Con mi libro en mano, entré a buscar la Compañía de mi nonno. No la encontré, pero estuve cerca. 

Desde las trincheras, Umberto le escribía a Ada. Una de sus tarjetas es particularmente hermosa: 

Bracciano, 5 de marzo de 1918
Ada mía dulce, ciertamente arrugarás la nariz cuando recibas la presente. Pero si tu supieras cuanto cuanto cuanto debo hacer.
Hemos despejado. Hoy he estado en el funeral de un soldado que murió fulminado la otra tarde, por un rayo. Infame destino!
Se dice que dentro de unos días se marchará nuevamente para ir no sé adónde, quizá a Roma. Esperemos lo mejor!
Mañana escribiré largamente si me es posible. Disculpame, hablame bien. Estoy contento con Liliana, y con todo lo que has hecho.
Quizá en 2 o 3 días voy a estar contigo. Imagina si lo deseo.
Te beso la boca.
Tu Umberto.


Salimos de allí, seguimos viendo lugares preciosos, recorrimos una especie de museo, y hasta nos tomamos unos mates mientras veíamos novias fotografiándose en las escalinatas.

Cuando volvimos, nos sentamos un rato en un bar cerca de casa, con wifi, y cenamos una picada con un gin tonic. Fin del día, no dábamos más!














































































 

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