viernes, 16 de enero de 2015

REDES Y LAZOS

Trabajo en  Familiaras, un libro sobre el modo en que familiares de detenidos se vincularon con el CEPOC, y conformaron una asociación.

Busco correos desde octubre de 2008, cuando tuvimos nuestro primer contacto, para encontrar datos y casos que formen parte del libro.

Encuentro la mención a este video, realizado por Pablo Nisenson para un ciclo que se emitió en la televisión pública, que se llamaba El Defensor, y que tocaba distintos temas vinculados a la cárcel, el encierro, la seguridad pública, en derredor de la figura de Elías Neuman. Sabía que había participado en el programa sobre las condenas a prisión perpetua a adolescentes en la Argentina, pero verlo ahora, después de varios años, me moviliza especialmente. Participé en un programa con Elías Neuman, pero nunca lo vi personalmente. Falleció en abril de 2011. En ese mismo año comencé a pensar en el caso de la Masacre en el Pabellón Séptimo, y su libro "Crónica de muertes silenciadas", fue fundamental para mi trabajo.

El video debe de ser de 2006. En 2010 se publicó mi libro "La vida como castigo", un modo que encontré de difundir un caso que era una violación de derechos humanos brutal, pero que no lograba que se viera así, o al menos no lo suficiente como para que el Estado lo resolviera. Los jóvenes que aparece presos ya están en libertad, después que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenara al Estado argentino en mayo de 2013. Hizo falta esa condena, lamentablemente, para que se decidiera su libertad.

Hace rato que no estoy en la Secretaría de Derechos Humanos, y me genera cierta tristeza ver esas imágenes que me muestran trabajando allí, en el 8vo piso de 25 de mayo 552, haciendo cosas útiles, antes de que se resolviera que no debía ocuparme de la cárcel ni de la tortura ni de los jóvenes presos y comenzaran a moverme de aquí para allá, hasta hacerme renunciar.

Pero, por otro lado, me alegra pensar que allí, sentada en mi escritorio y cobrando un buen sueldo, o acá, en mi casa, o en la mesa de un bar, o en la Liga, sigo trabajando con los mismos temas y con las personas que me acompañan y me iluminan y me dicen dónde hay que estar.

http://www.tvgrafias.com/inseguridad-seguramente.htm#video_55

jueves, 8 de enero de 2015

30 AÑOS ATRÁS, EN LA CUMPLIDA, MATAGALPA, NICARAGUA

Entre el 7 y el 10 de enero de 1985, sentada en la covacha donde vivimos en Matagalpa, o en lo que llamábamos comedor, escribí esto que transcribo textual, como lo viví en esos días de puro descubrimiento. Tenía 22 años:

"Todos juntos (con lo muertos que estábamos no había posibilidad de pensar en nada que no fuera dormir mansamente).
Rectifico: esta es la dormida de anoche. El 5, es decir, la noche de la llegada, dormimos las niñas por un lado y los jovencitos por el otro, en piezas.
A la mañana, levantarse y después de un plantón al pedo (nos falla lo organizativo, es el primer día) como vacas, peor que vacas, en dos camiones, a Matagalpa. Ese viaje, inolvidable por varios motivos: primero porque varias veces pensamos que nos quedábamos allí, en alguna curva o en algún precipicio (camino de montaña, en ascenso y decenas de personas subidas a un camión en el que las partes laterales se doblaban ante la presión), segundo porque allí surgieron las 'dos brigadas dentro de la brigada': la de las chauchas (nosotros, los piolas, que tomamos el nombre de unas vainas grandes, que cuelgan de los árboles y que al moverlas hacen un ruido tipo sonajero), y la de los limones (los aburridos, los tiernos porque son amargos, plomos, etc. etc). A partir de allí, todas las jodas posibles, los cantos, las consignas más inverosímiles, el arsenal de ingenio que tienen algunos compañeros y que casi subyugan a los nicas (son comiquísimos cantándolas con nosotros, tomando partido por los chauchas o los limones alternativamente)


La chaucha


Y hoy, primer día de trabajo. Y ayer, la recepción... pero sigo mañana.

Y 'mañana' se transformó en hoy, jueves 10, asunción de Daniel. Y hay sensaciones que no puedo contar, porque no es lo mismo: no se puede contar la primera caminata y pensar que no das más, que te volvés a Buenos Aires, que no servís para subir todos los días 5 o 6 kilómetros super escarpados (por lo menos para vos), que sos mala brigadista, etc. etc. etc. Pero llegás, a los empujones, gracias a la solidaridad (sin rimbombancias, el tipo que te empuja para que subas, que te alienta, que te espera y se cansa más por tu culpa, y todo eso no te lo hace notar: Leo)


Yendo al cafetal

Y el primer día de trabajo: recoger solo el rojito. Buscarlo se transforma poco a poco, en un pequeño arte, no sacar el cabito, que es matar la posibilidad de otra cosecha, evitar arrancar los 'pintos', rojos de un lado pero todavía verdes del otro: 'solo los rojitos' se vuelve la consigna, el objetivo. Y cantar, largar consignas, desarrollar afectos y juntar más y más rojito. Bajamos a las 14, comemos (los mismos frijoles de siempre, a veces -casi nunca- un poco de arroz, a veces café) y vuelta a la 'covacha', una especie de edificio sin ningún mueble ni armario, ni nada más que más de 30 mochilas y bolsos y bolsas de dormir y canastos (para ir recogiendo los granos de café, a medida que se va llenando se pasan a la bolsa), y borceguíes y etc. etc (en el etc entra el olor asqueroso que produce todo eso, obvio)

Y en esa covacha también hay truco, y mate y pachanga con guitarras y chauchas.

Y el recibimiento, la otra noche, con ron y baile y chauchas de nuevo (y la guerra de canciones entre los chaucheros y los limoneros, inefables)

(Y cantan a Silvio, estoy en Nicaragua, con 120 bolches, hoy asume el Presi 'del pueblo', 'Daniel', y hay 4 o 5 cantando a Silvio, y es todo medio alucinante, y entonces tengo que encender un pucho, pensar en mi gente, ponerme entre tristona y alegre, como hoy, cuando nos habló Ricardo, dirigente máximo de la ATC de Matagalpa, y daban ganas de llorar, nos hablaba del día histórico que sería hoy, cuando pase el tiempo, y del poder popular, y era dulce -cantan 'vivo en un país libre...' y es eso- y eso es lo fundamental, son dulces, son tiernos, están haciendo la revolución y la hacen con una sencillez que más quisiera yo para nuestro trabajo, para las reuniones de todos los días)

Las formaciones de cada mañana: estímulo para los que se destacaron, caño (y hasta la expulsión del BEP) para los que violen las normas. Pero las medidas disciplinarias -que pesan, que duelen- no son de primera, sin posibilidad de rectificarse: hay una, dos, tres o más oportunidades para demostrar que se quiere cambiar, que hay un esfuerzo, que se quiere seguir teniendo el honor de pertenecer al BEP.

La JS 19, con un canasto para producir, un fusil para combatir, la juventud del trabajo, el estudio y la defensa (y siguen con Silvio, por quién merece amor...)

Y las charlas con los cumpas, con los milicianos, con los que tienen un fusil en la mano (un 'AK', y lo decimos y lo nombramos casi con cariño), y es como si fuera cualquier otro instrumento de trabajo, tan natural, tan necesario.

Y bancarse la comida, que pudre de igual (fiesta la otra noche: café y un poco de leche cuajada, y era el manjar más rico del mundo)

Y los días van pasando así, jodiendo mucho (tenemos una alegría más distendida, más clara, a pesar de las dificultades, y el esfuerzo, una alegría que nos surge como más de adentro, como si, ante todo esto, fuéramos algo mejores), sabiendo que del otro lado de las montañas -en Jinotega-, se lucha duro y fuerte. Con mucho miedo, un día que volvimos de noche desde la plantación, 2 milicianos delante, 2 detrás, protegiéndonos, y la noche asustaba mucho, cada ruido, en medio de cada montaña, podía ser un contra, y no hablar muy alto, pero el ruido de veinte borceguíes era muy fuerte, retumbaba, y eso, miedo.

Y a veces pesa saber que faltan 50 días. Otras, parece poco. Así vamos (y no puedo contarlo del todo. No alcanzo...)"

Glosario: 

Daniel: Daniel Ortega, uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional, primer presidente del Frente luego de la Revolución, actual presidente de Nicaragua.
Rojito: grano de café apto para ser cosechado.
ATC: Asociación de Trabajadores del Campo
BEP: Batallones Estudiantiles de Producción, adolescentes de nivel secundario que participaban en el corte de café.
JS: Juventud Sandinista 19 de julio.
AK: fusiles AK 47, utilizados por los integrantes de las fuerzas de defensa del gobierno popular sandinista.

Los temas de Silvio que sonaban mientras escribía:

https://www.youtube.com/watch?v=_B2etGWimM8

https://www.youtube.com/watch?v=nkyYxcbJq2I





lunes, 5 de enero de 2015

SOBRE LA DOCTORA STONA

Publiqué una foto en facebook y alguien me dice cariñosamente "doctora Stona". Y yo quiero aclarar que, a decir verdad, nunca fui fanática de los Stones, pero los amé. A fines de 1989 trabajé en la Librería Hernández. Quien trajo a los Stones a mi vida fue Walter, un adolescente que laburaba de cadete, fana de Independiente, lindo, transgresor y conurbano, que me peleaba como un hermanito menor y al que yo quería y cuidaba como una hermana del medio. Mientras yo trabajaba ahí, falleció mi viejo, en febrero del '90, y decidí irme por 3 meses a Barcelona, a visitar a mi amiga  Graciela, con quién había hecho un viaje iniciático al sur en 1982, y que se había ido a Europa siguiendo al novio que conoció en el viaje de vuelta en el Roca. Antes de irme, le conté a Walter que, según había leído en algún lado, los Stones iban a estar en Barcelona como parte de su gira Urban Jungle Tour. Walter me hizo jurarle que iba a tratar de verlos. 

Llegué a Barcelona el 18 de mayo de 1990 con tres camperas que compré en Bernal, para venderlas y ganar unos mangos. Ingresé vestida de mujer sin problemas económicos, gracias a unos zapatos que me había regalado P., que me destrozaban los pies y que nunca más usé; una pollera formal;  una de las camperas de cuero, y una tarjeta Visa internacional, más los travel check que había logrado comprar después de vender el mexicano de oro que me había legado mi abuela. 

En Barcelona hubo amor, pero esa es otra historia. A poco de llegar, me encontré con B., una mujer mayor (tendría la edad que tengo ahora, quizá menos), compañera de las sesiones de  terapia gestáltica del aquí y ahora que hacía por esa época, y que P. llamaba graciosamente sesiones de gimnasia, cuando le contaba que nos sentábamos en el piso y hacíamos contorsiones diversas para encontrarnos, escucharnos, tocarnos, etc. 

B. estaba de visita en Barcelona, y su hijo vivía ahí. Y, me contó B, estaba en el tema de la venta de remeras, gorras, prendedores y en fin, todo lo que se vendería en el recital de los Stones, que iba a ser el 14 de junio en el Estadio Olímpico, en el Mont Juic. Le pedí al pasar que le dijera al hijo que si necesitaba alguien para vender, yo podía hacerlo. Y sí:  Me dieron ese trabajo, así que no solo vi gratis el recital de los Stones, y lo disfruté a cuenta de Walter, sino que además me gané unos buenos mangos (creo que 20000 pesetas de entonces), y me afané unas cuantas remeras, gorras y pins oficiales (delitos ya prescriptos)

http://elpais.com/diario/1990/06/14/cultura/645314405_850215.html

Mi sobrina Cecilia debe tener una de esas gorras. Otra fue para Walter, más alguna remera. No lo sé, no puedo preguntárselo, porque poco tiempo después, Walter murió por alguna enfermedad impiadosa. 

Solo me quedé con una remera, la más linda, que me quedaba grande, y que usé durante los últimos meses de mi embarazo. 

No soy, entonces, una Stona de origen, sino más bien, una Stona por adopción. Siempre, los Stones me recordarán a mi querido Walter, a los almuerzos en la librería Hernández, a sus salidas a hacer trámites bufando y puteando, a su hermosa y plena sonrisa suburbana. 




Librería Hernández, 2 de febrero de 1990, payaseando con Walter






Esperando a Ernesto, circa octubre 1991